“La integración psíquica y la comprensión espiritual no son procesos separados. Sin espiritualidad la psicología no nos puede liberar ni conducir a las verdades profundas acerca de nosotros mismos, y sin la psicología, la espiritualidad puede llevarnos a la grandiosidad, la ilusión engañosa y al intento de huir de la realidad”

Riso & Hudson

Cada vez son más las personas que al observar el mundo y las sociedades en la que vivimos, comprueban que nuestro sistema de vida no solo no es sostenible, sino que empequeñece el alma y las posibilidades de VIVIR, convirtiéndonos en meros “sobrevivientes”. Lo que servía, no solo ya no lo hace sino que es contraproducente.

El camino de trascendencia hacía un cambio de conciencia que cada vez más personas inician, es básicamente una nueva forma de contemplar la realidad que irremediablemente trae consigo un cambio de paradigma.

Y es MARAVILLOSO.

Pero hay algo que no se puede obviar NUNCA, ya que de hacerlo, corremos el riesgo de terminar peor que comenzamos, cuando los cambios que creemos se han producido, no se sostengan.

Es necesario realizar un trabajo psicológico de base antes de iniciar el camino de la trascendencia espiritual ya que en esta ecuación hacia el crecimiento, tierra y cielo son inseparables.

Esa tierra es la materia que nos contiene, la piel que habitamos. Donde se han adherido todas la experiencias vividas desde nuestra concepción. Todo lo que hemos heredado en el plano emocional de nuestros padres y lo que a través de ellos, junto a sus carencias y fortalezas, hemos aprendido, conformando con ello nuestra PERSONALIDAD, ese conjunto de respuestas condicionadas que cuando las observamos, nos dicen como hemos limitado a quienes somos.

Lo fantástico de detectar e identificar, cuales son nuestras respectivas “máscaras”, es que su re-conocimiento, nos permitirá crecer a través de ellas y trascenderlas o lo que viene a ser lo mismo, en lenguaje terrenal, reducirlas a la mínima expresión.

Y algo muy importante con lo que quiero concluir y que da respuesta a algo que me suelen preguntar al comenzar algunos procesos.

No hay que asustarse. Al realizar este trabajo, no vamos a perder nuestra identidad.

Muy al contrario. Nos liberaremos de lastres a la vez que fortaleceremos aquellas partes que nos permiten aportar una nota de color diferente al mundo. Por qué afortunadamente, no todos somos iguales.

Abracemos la diferencia para hacer de éste, un hermoso mundo multicolor donde todos podamos  disfrutar de las mismas oportunidades.

 

Próxima entrega de esta serie: Aprendiendo a amarte: estar presentes.