Para todas aquellas personas que
continuan bailado
Seis letras absorbieron la vida durante un instante eterno
Sentí su piel fundirse bajo la mesa
tatuando en mi mano el amor
que desbordaban sus ojos al mirarme
-Tranquila mi vida
yo, estoy contigo
y la sal atravesó la tierra.
la suya
la mía
la nuestra
(meses después
en ese yermo suelo
brotaron margaritas y azaleas)
No hay luz que caliente este agujero
que devora los recuerdos de un futuro a su lado
regado de sonrisas en los dedos
y de piel vestida con sus besos
No puedo
No quiero
No se,
si quiero o si puedo
Mi espejo me mira triste
desorientado
no encuentra mis cejas
ni mi sonrisa traviesa de medio lado
Donde antes enredaban sus dedos
mis rizos y mis ideas
siento su amor recorriendo
con las yemas mi cabeza
No quiero poder
No quiero creer
no quiero
creer que puedo
y perder
Anclada ante este mar
araño el horizonte con todos mis por qué
Y no alcanzo adivinar
si el sol se despide o me da la bienvenida
Pero la brisa,
y sus brazos
insisten en recordarme que sigo viva
Cierro los ojos sonriendo
levanto las barreras
y despierto
Confieso
(por fin)
¡soy vulnerable!
y entrego al mar mis miedos
Todas las almas de mi vida
respirando cerca
llenando el aire con partículas de
“tú
amiga
hija
hermana
madre
amor de mi vida
tenlo muy claro
tú, puedes”
Mi corazón recupera el aliento
Mis neuronas
disparan salvas de esperanza
y mis piernas,
(las que tantas veces
recorrió
con su boca)
se tensan de nuevo
llenas de sangre
listas para el asalto
Y vuelvo a ese instante helado
a tu mano tatuando la mía
deshaciendo el frío
devolviéndome a la vida
Por un segundo adivino las azaleas y margaritas
y te susurro a los ojos
Mi vida, yo puedo caminarlo todo si tú me miras.
©Tania Evans, La Psicología del Fénix
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