Fruto del cansancio y la saturación producida por las manifestaciones de las hordas movidas desde las bases políticas del comunismo mas radical, desde aquí me pronuncio pese a las “hostias” que me puedan caer. Y cuando digo manifestaciones, me refiero a las verbalizaciones, en este caso por escrito, a través de los manifiestos que respaldan estos movimientos y que, como se puede comprobar fácilmente, la mayoría de las que secundan esas movilizaciones no se han leído y si lo han hecho, ha sido sin una comprensión profunda del significado de éste y de la amplitud del alcance letal que tiene.
Después quedan las redactoras del contenido de esos “manifiestos”, que saben bien con qué están jugando y cómo disfrazarlo para las personas con buenas intenciones pero que no saben mucho de política, historia y psicología de masas.
Porque SI, cuando la lucha de clases dejó de tener sentido desde una visión política porque NO movilizaba, entre otras líneas de actuación, se gestó la “ideología de género”únicamente como herramienta política pseudocientífica, cuya finalidad es destruir al ser humano, desde su base, robándole su identidad natural, enfrentando a los miembros de nuestra sociedad, para la inhabilitación y quiebra, de lo que nos ha hecho sobrevivir como especie: “la familia”.
¿Por qué destruir la familia tal y como la conocemos?
Porque la familia“supone un resguardo del individuo y sus relaciones más próximas frente a la intromisión del Estado.”* “La familia es un espacio de amplios grados de autonomía frente a la esfera política.”* Destruirla es dejar a nuestros hijos, su educación, bienestar y futuro, en manos de aquellos que solo anhelan mano de obra barata, “borregos” (con todo el respeto a estos simpáticos lanudos animales) que se erijan defensores de una igualdad que, obviamente, estas señoras y señores, no persiguen ya que, solo anhelan ostentar poder con la única finalidad de tener control sobre la vida y la muerte del pueblo, eso si, a base del sacrificio y el dinero de todos.

Elegimos con nuestro voto a dirigentes que, en su mayoría no han pegado palo al agua ni para sacarse “decentemente” sus estudios. Gentuza que habla de repartir lo de unos “pocos” para que nos llegue a todos. Eso si es casta política, aquellos que engañan a las personas sencillas, porque somos los de abajo los que siempre mantenemos las dictaduras como la comunista o en este caso, la de género. En estos regímenes antihumanos, sus dirigentes nunca vivieron humildemente. NUNCA. Para muestra el GRAN botón de España: nuestros queridos “Marqueses de Galapagar” o el Dr. “Cum fraude” y esposa, cuyo sueldo (hablando de brecha salarial) fue nombrado secreto de estado.

Es “espeluznantemente fascinante”, ver en las manifestaciones, tanto a mujeres como hombres, vestir camisetas con símbolos de los mayores genocidas de la historia, aquellos que mataron a millones de personas, pero de lo que no se habla, como LeninStalin o Mao Tse Tung. Entre muchos de los masacrados: homosexuales que agonizaron en campos de trabajo; o la por antomasia manida imagen del Che Guevara (gran asesino de homosexuales a las órdenes de Castro).

 

Mi padre arriesgó la vida propia y la de su familia, por sus ideales comunistas. Lo poco que pude conocer de él y de sus momentos de vida amable, porque en general fueron muy duros, me ha servido para sentir ternura y compasión por aquellos que creen firmemente que el comunismo es igualdad para todos, porque él, si lo creía posible y lo demostraba cada día con pequeños gestos, como elegir dormir bajo las estrellas sobre la arena en lugar de en una mullida cama. Igual era mas un romántico que un comunista.

¿Y qué proclamo desde aquí? ¿Qué es lo que quiero compartir?
Que ya está bien de demonizar al hombre. Ya está bien de maltratar la figura de la mujer como un ser endeble necesitado de protección constante. Ya está bien de tratar de destruir la institución de la familia como si de un dictador opresor se tratara.
Ya está bien de utilizar a personas homosexuales y transexuales como propaganda de regímenes que antaño los condenaron al ostracismo en el mejor de los casos y en la mayoría, tras un largo sufrimiento, a la muerte.
Me niego a que otras mujeres me digan cómo he pensar, sentir, en qué debo trabajar, a quién cuidar o no.
Me niego a que otras mujeres me digan cuáles han de ser mis principios y valores, qué es lo que ha de ser importante y prioritario en mi vida.
Me niego a que otras mujeres me digan cómo he de educar a mis hijos.
Me niego a renunciar a mi femineidad porque unas trastornadas de las olas siguientes al feminismo genuino y con sentido, lo asociaran con la presión del heteropatriarcado.

Puestos a criticar este sistema patriarcal hagámoslo honradamente.
Ya que, en todo caso, nos perjudica a todos.
No favorece a los hombres.

Los envía a la guerra, los extorsiona con largas jornadas laborales para sustentar a la “familia”, aunque esa familia ya no sea suya porque el mismo estado se la ha arrebatado con leyes terroristas como la LIVG de 2004.
Es en este sistema donde los suicidios los protagonizan los hombres en mas de un 70%, Donde mueren más hombres en accidentes laborales, en esos puestos que ninguna mujer quiere. No he visto a ninguna revindicar bajar a la mina, subirse a los andamios o irse meses a un pesquero a la Antártida.
Es en este sistema, donde los hombres siguen sufriendo mayores penas por el mismo delito que las mujeres.
Donde en el plano físico, también se les exige tener unos ciertos atributos para ser “hombre” como una buena estatura, musculatura y cómo no, un buen miembro viril.
Un sistema donde si son duros, son malos. Si son blandos, son objeto de burla. Un sistema donde no encuentran el espacio para expresar sus emociones, ¡que las tienen!
Que la “abuelita lobo”Doña Carmena en Madrid, osara decir que la agresividad y la violencia están incardinada en el ADN masculino tendría que haber sido penado como delito por incitación al odio.
¿Esta afirmación delictiva, qué quería decir? ¿Qué los hombres homosexuales son violentos también o ellos tienen otro ADN por descubrir? Porque, hasta donde se, las leyes actuales no les protegen de la violencia ejercida dentro de sus relaciones.
Cómo esta horripilante LIVG tampoco protege a las mujeres lesbianas dentro de la pareja.
Cuando, paradójicamente, la investigación ha encontrado que la violencia en relaciones homosexuales entre mujeres es mucho más alta que en las de relaciones homosexuales entre hombres.
Esto, extrapolado a las relaciones heterosexuales, coincide con lo encontrado en las investigaciones internacionales realizadas sobre violencia en el ámbito de la pareja. Estos estudios encuentran que no solo la violencia es bidireccional, sino que las mujeres la inician en un mayor porcentaje de veces en relación con el varón. Siendo grandes maestras en el uso de la violencia psicológica si bien, no se amilanan a la hora de golpear o cortar a sus parejas varones.
¿Qué por qué me meto en estos berenjenales si esto es un blog de psicología?
Varias razones lo justifican.
La primera es que, lo que está sucediendo en España – aunque es un fenómeno que se da en todo occidente, donde casualmente las mujeres no estamos oprimidas (salvo en los guetos de reductos islámicos que se expanden por Europa) al contrario de lo que si sucede y de manera aberrante, en otros lugares de la esfera como en países de cultura islámica- nos lleva a desarrollar trastornos de todo tipo derivados de la violencia que se siembra en la sociedad. El odio sostenido en el tiempo, la constante respuesta de lucha o huida activada, la ruptura de la confianza en el prójimo, la naturaleza propia cuestionada, la naturaleza del otro condenada, siembra la desesperanza y con ello, la base para una serie de enfermedades crónicas así como trastornos psicológicos de todo tipo, siendo el neuroticismo, estandarte de esta bandera (y cabellos) morada.
La segunda, la ruptura de las relaciones desde un nuevo tipo de violencia que solo se puede ejercer en una dirección, propiciada y auspiciada por “papa Estado que e´mu listo”, está dejando a muchos menores huérfanos de padres y toda la rama de familia paterna. Son niños y niñas que crecerán abonados con el odio de sus progenitoras hacía la figura paterna, no sabiendo bien, qué frutos se recogerán de esa siembra. Si bien, los estudios ya nos están avisando. Como siempre Gran Bretaña, pionera en estos lares, vaticina con datos a modo de ejemplo: el aumento del fracaso y abandono escolar, la violencia del hijo hacia el progenitor alienador y el vandalismo.
La tercera, la psicología social estudia el fenómeno de masas, el contagio que se produce al encontrarse en grupo, la pérdida de la identidad individual, la asunción del pensamiento grupal sin cuestionarlo y la deshumanización del otro que es considerado el enemigo, entre muchas otras cosas, engendra la violencia que vemos en las calles.

Considero esta ola feminista, como la mortal peste negra que arrasó tantas vidas.
No nos están matando. En España no.
Sin embargo, a nuestros hombres, SI.
A nuestros hombres, si los están matando.
Se suicidan ante la sordidez de este sistema que les arrebata todo.
Lo hace la LIVG.
La que cercena también, el alma de nuestros hij@s.
¿Cómo podemos vivir ajenos a esta masacre? ¿A este terrorismo de Estado? Si las mujeres se paran, se para el mundo. Si lo hacen los hombres, también.

No somos reemplazables.
Nos necesitamos mutuamente.
Juntos somos extraordinarios.

Psicóloga si, pero, ante todo, una mujer que ama ser mujer, que ama a los hombres de su vida y que defiende la igualdad en derechos, oportunidades y por supuesto, obligaciones para todos, sin excepciones ni cuotas.