Bienvenidos al espacio más especial y maravilloso
en el que se han instalado
como en su día lo hicieron en mi corazón,
mis MAESTROS EMOCIONALES.
Cada vez que os leo me palpitan los ojos
y la garganta se desborda de tanta gratitud
ante todas las cosas preciosas que me escribís.
Ha sido un verdadero privilegio y regalo
acompañaros en ese trecho
en el que el camino,
se quedó oscuro
y el dolor se incrustó en las cotillas.
El mejor presente,
caminar con vosotros
desnudando los miedos
y tras abrazarlos
contemplar el alba
de ese nuevo día
lleno de calma y sabiduría
de olor a vida y tierra mojada
en el que de nuevo
todo vuelve a ser posible.
Gracias, gracias, gracias.