Todos, en alguna ocasión, hemos escuchado lo importante que es “tener mucho cuidado con lo que se dice delante de los niños”. Aunque quizá no tengamos tan claro, que significa ese “tener cuidado”. No se trata ya, de si el contenido es apropiado o no para que ellos lo escuchen. Hablamos de tener en cuenta qué mensajes les estamos transmitiendo, con lo que decimos y con la forma en que lo decimos Para profundizar en este tema y dar una pequeña orientación a aquellas madres y aquellos padres que puedan estar interesados, comenzaré por aclarar unos cuantos conceptos que se utilizan dentro de este área.

 – La impotencia aprendida es la reacción de darse por vencido, de no asumir ninguna responsabilidad y de no luchar, como         consecuencia de creer que cualquier cosa que podamos hacer carece de importancia.

 -Las pautas explicativas son los criterios que solemos utilizar para explicarnos a nosotros mismos por qué suceden las cosas y   además, son el gran modulador de la impotencia aprendida. La pauta explicativa se desarrolla durante la infancia antes de los         siete años y a partir de esa edad cristaliza rápidamente.

Citando a Seligman:

“En general, los niños que no han llegado aún a la pubertad son extremadamente optimistas, con una capacidad para la esperanza y una inmunidad frente al sentimiento de impotencia que nunca más volverán a tener pasada la pubertad, época en la que perderán gran parte de su optimismo. Puede ser que la evolución haya asegurado esto. El niño lleva en  sí la semilla del futuro, y el interés primario de la naturaleza es hacerlo llegar a la pubertad sin contratiempos para producir la siguiente generación. La naturaleza no solo ha protegido a nuestros pequeños físicamente sino también psicológicamente, dotándolos de esperanza, tan abundante como irracional”

 

Seligman nos está diciendo que los niños son los grandes optimistas; que son una semilla y que como tal, necesitan determinados nutrientes para crecer sanos. Nosotros somos los proveedores de los que depende que tengan un desarrollo óptimo. La pauta explicativa que tendrán como referencia será la nuestra y principalmente, la del progenitor con el que más tiempo estén.

 Por esta razón y ahora volvemos a ese “tener cuidado» con el que hemos comenzado, es importante identificar nuestras propias pautas explicativas, para saber cómo afectan a nuestros hijos y en el caso que éstas sean dañinas, que hacer para modificarlas.

 Fuentes M.E.P, Seligman (2007)